Los climas cálidos:
Se dan en la
zona cálida de la Tierra, entre el trópico de Cáncer y el de Capricornio.
En esta zona
las temperaturas siempre son elevadas, superiores a los 18 °C de media. Pero
hay grandes
diferencias en las precipitaciones, lo que da lugar a tres subtipos:
El clima ecuatorial: se
caracteriza por temperaturas siempre muy cálidas y precipitaciones constantes y
muy abundantes, superiores a los 2.000 mm anuales.
El clima tropical: tiene temperaturas siempre muy cálidas y
precipitaciones totales abundantes. Ahora bien,
las precipitaciones se concentran en unos meses del año.
El clima desértico: presenta
precipitaciones muy escasas, inferiores a los 250 mm anuales.
Los climas
templados:
Se extienden
en las zonas templadas de la Tierra, entre los trópicos y los círculos polares. Estos climas
se caracterizan por la existencia de cuatro estaciones, con diferencias
notables.
El clima oceánico o atlántico: tiene temperaturas suaves y precipitaciones
abundantes durante todo el año,
superiores a los 800 mm.
El clima continental: presenta inviernos largos y muy fríos, con
temperaturas incluso bajo cero, y veranos
cortos y muy cálidos. Las precipitaciones son bastante abundantes, normalmente
por encima de los 600 mm, pero se concentran en los meses de verano.
El clima mediterráneo: se
caracteriza por los inviernos cortos y de temperaturas suaves, y los veranos
largos y de temperaturas cálidas. Las precipitaciones son escasas, nunca
superan los 800 mm, y se
concentran en primavera y en otoño.
Los climas
fríos
Se localizan
en las zonas frías, por encima de los círculos polares, y en las
áreas de alta montaña.
El clima polar: tiene las
temperaturas más bajas de la Tierra. No existe verano: ningún mes
supera los
10 °C de temperatura media. Las precipitaciones son casi inexistentes.
El clima de alta montaña: presenta
temperaturas frías en invierno
y suaves en verano, y tiene lluvias
abundantes, con frecuencia en forma de nieve en invierno.
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